20/8/09

Abandono Total

He estado meses sin escribir nada, no tenía tiempo, no tengo tiempo, pero el estado de mi querida Ciudad, ha hecho que saque tiempo de donde no lo tengo para dejar escrito el seguimiento de la enfermedad que padece.

La Vila Joiosa, ciudad alegre, ciudad marinera, ciudad abierta, crisol de culturas, ciudad chocolatera, ciudad sin par... Esto era así hasta hace poco tiempo, exactamente hasta octubre del pasado año, más o menos, a partir de ese mes, después de que ocurriera ese hecho por todos conocido, La Vila, nuestra Vila, empezó a enfermar y a entristecerse. Ya en navidades La Vila, ya no era tan Joiosa.

La nueva corporación, nacida de una traición, empezaba a dejar de lado los asuntos de La Vila para preocuparse por los suyos propios, preparar la nueva contrata de aguas para llenarse los bolsillos (pero esto es un tema aparte). Se redujo la cantidad de luces en las calles, buena medida si no fuera porque las que pusieron eran más caras que las previstas por la concejal Isabel Perona, es decir, menos luces pero más dinero. Eso casi pasó inadvertido.

Meses más tarde, no muchos, quizá uno o dos, apareció otro síntoma de esa enfermedad que tiene nuestro querido pueblo que lo hace entristecer más y más según pasa el tiempo. Ese síntoma fue el crecimiento descontrolado de unos animalillos voladores en la zona del Mercantil que llenan de heces ese tramo de la Calle Colón, otrora vía principal de nuestro pueblo. Eso no sería problema de no ser que los servicios de limpieza no pasan por allí y el suelo permanece lleno de las “cagaditas” susceptibles de ser pisadas y resbalarse. No acaba ahí la cosa que después de varias quejas ante el alcalde, convecino de la zona, siguen sin aparecer, lo cual nos revela la despreocupación que tiene para con el pueblo vilero, que no lo eligió.

Siguieron apareciéndole síntomas a nuestra querida ciudad y siguieron apareciendo en forma de suciedad. Malas hierbas obstaculaban las aceras y caminos y afeaban los espacios verdes de La Vila durante la Semana Santa, y no sólo eso, es tal el grado de abandono que hasta el mes de julio había rodando por las calles aleluyas del Domingo de Resurrección.

Seguía pasando el tiempo y seguía enfermando La Vila. Estaba tan triste La Vila y con tan poco ánimo que no tenía fuerza la pobre para que las rampas del Censal funcionaran un solo día, y así siguen, sin funcionar en plena campaña vacacional.

Iba llegando el buen tiempo, empezaba a hacer calor y empezaba La Vila a perder su color. La suciedad campaba a sus anchas, contenedores de basura rebosando porque los servicios de limpieza no pasan todos los días. La playa llena de plásticos y guijarros. Y seguía entristeciendose la Vila.

Llegó el mes de julio y con él las fiestas. La Vila sintió pasajera mejoría pues pensaba que el ayuntamiento haría algo por engalanarla, pero el PP deslució las fiestas. A la gente del Poble Nou nos desterraron, se olvidaron de nosotros, las luces, por primera vez en la historia no adornaron nuestra Calle Cervantes, como si los nuevopueblerinos fuesemos ratas que no pagan los debidos impuestos municpiales.

Llegado Agosto, La Vila está casi entrando en fase terminal, ya no tiene ánimos para continuar viviendo, ya no es la Villa Alegre que antaño fue. Pasa el tiempo mirando como el PP deja morir a los árboles que tanto quiere La Vila. Su famoso Drago, los árboles de la nueva calle del nuevo Esquerdo, los naranjos de la Creueta, las palmeras de la Playa de los Estudiantes ...
La Vila está dañada de muerte, ¿quién la vendrá a ayudar?
G.P.