Hoy el alcalde tránsfuga no sólo quería aprobar los presupuestos municipales vulnerando la legislación vigente, sino que al mismo tiempo ha querido callar a los socialistas con unos modos alejados de la más mínima educación. Ha llamado con descaro y desprecio “filibusteros” a los concejales, que sólo pedían que se cumpliera la ley. Lo que Jaime el tránsfuga debe saber es que los únicos piratas existentes en el Ayuntamiento son los once tránsfugas que asaltaron la alcaldía y las consecuencias del asalto están provocando los mismos estragos que los filibusteros causaron en el mar de las Antillas.
Si un alcalde se esconde y no reconoce sus errores simplemente tiene una explicación: su incompetencia diaria y continua tras un desgobierno donde manda más Melero que cualquiera del resto de los concejales.
El grupo socialista respeta, y mucho, el pleno y el trabajo de los técnicos, pero exigen un mínimo de rigor a quienes los mal-dirigen. La estampida de tropelías por parte del asalta-alcaldía de Jaime el tránsfuga sólo demuestra su nerviosismo, su torpeza y su viaje hacia el abismo. Lo malo es que la ausencia de memoria de este alcalde que llegó a la política de la mano de la mentira, nunca se ha presentado a unas elecciones como candidato a la alcaldía sólo la desgracia de su mentor, el farsante que ejerció de médico, le dejó en un lugar no merecido al que accedió después de comprar las voluntades políticas de su jefe Melero , que le ha dado trabajo a él y a sus amigos los filibusteros.