7/10/10

PP = PC

Cabos sueltos

¿Partido Popular o Partido de la Corrupción?

El Partido Popular debiera cambiar de nombre. Tras los asuntos de presunta corrupción urbanística que se han conocido ahora en Murcia –concretamente vinculados al Ayuntamiento murciano– llega la hora de denominarlo Partido de la Corrupción. Que no se nos replique que con ello pretendemos insultar a millones de ciudadanos honrados que votan habitualmente a la derecha. No nos referimos a ellos. Aludimos –al menos por pasividad manifiesta o complicidad confusa– a los dirigentes principales de los genoveses, incluido en primer lugar a Mariano Rajoy, quien no ha tomado aún ninguna medida ejemplarizante en relación a quienes, de forma deliberada, vulneran gravemente la legislación en su estricto y particular favor.

Tales dirigentes sólo se movilizan para tapar y proteger a los acusados de corruptos. Se trata de unas acusaciones que no son fruto de rumores o de habladurías, sino que llegan avaladas por policías, fiscales y jueces. Una buena parte de la energía de los prebostes populares se emplea en ocultar –como sea– a quienes son presumiblemente delincuentes. No buscan liberar al partido de los profesionales del choriceo sistemático, sino que únicamente intentan esconder la podredumbre que se escampa por doquier.

Cual si fuera Pilatos
María Dolores de Cospedal –que es la número 2 de Rajoy– se ha especializado en el arte del embuste, la falsedad o la mentira. Los acosos policiales y judiciales a gentes de su partido son presentados, una y otra vez por ella, como maniobras del Gobierno [léase Alfredo Pérez Rubalcaba], orientadas con fines ignominiosos. Dice todo esto en voz bien alta, no aporta jamás prueba alguna de cuanto afirma y procura de este modo eludir sus responsabilidades políticas lavándose siempre, cual si fuera Pilatos, las manos. De nuevo ha actuado en este sentido a raíz de los casos de supuesta corrupción en Murcia. El guión que maneja Cospedal está escrito de hace tiempo y no se varía casi nunca, salvo matices secundarios.

Presuntos malhechores
Son numerosos, y relevantes, los barones del PP que arrastran como pueden sus vinculaciones con tramas dedicadas a tareas ilegales desde la perspectiva de la corrupción. De modo que, según una información del diario Levante, hasta cuando en Génova 13 calibran la posibilidad de reemplazar a Francisco Camps, más que chamuscado por sus líos con El Bigotes y los compinches de éste, aparecen para apoyar a Juan Costa tipos como Carlos Fabra, Ricardo Costa –hermano de Juan– o José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante, inmerso en el caso Brugal. Es decir, que algunos de los posibles avalistas de Costa son presuntos malhechores que navegan con relativa facilidad por aguas fecales. ¿Partido Popular? No, la realidad parece que aconseja rebautizarlo con cierta urgencia y así llamarlo Partido de la Corrupción.

Enric Sopena es director de El Plural

Publicado en El Plural 07-10-2010