Desde que se conocieron los resultados de las pasadas elecciones locales el PP local (y el autonómico respaldándoles), viéndose sin suficientes votos para formar gobierno y ningún apoyo de los restantes partidos políticos, empezó a idear planes para impedir y después desbaratar el equipo de gobierno presidido por Gaspar Lloret y resultado del mutuo respeto y entendimiento y del acuerdo por sacar nuestro pueblo de la vergonzante deuda en la que nos había metido el falso médico y su equipo del PP, de los que aún quedan demasiados mandando, y él de presidente del PP local.
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Los más complicados mecánismos se tuvieron que activar y lo increible (por haber basado toda su campaña electoral en criticar, echar por tierra y ir en contra de los que ahora son sus socios de gobierno -sí claro estamos refiriéndonos al tránsfuga Melero y su traición a su propio partido y al pacto de gobierno) pasó a ser posible porque eran conscientes -ya habían gobernado antes y sabían el dinero que puede significar una nueva contratación de un suministro como el del agua en una ciudad de la categoría de la Vila- que si el Cuatripartito (nos enorgullece este término pues refleja el acuerdo de los cuatro partidos que lo integraban) firmaba el nuevo contrato, daría un muy buen servicio a los vileros/as y además conseguiría parte de la necesaria financiación para sanear su deuda (la deuda con que ellos -el PP- nos gravaron) y los ciudadanos reconocerían la buena gestión del equipo del alcalde socialista.
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Bueno, se pensó, el PP se va a beneficiar de todo el trabajo hecho por los socialistas -esta gestión nos correspondía a nosotros, José carlos Gil fue testigo y partícipe también- y quedarán como unos reyes, pero nos queda el consuelo que La Vila tendrá un buen servicio y los empresarios podrán empezar a cobrar. Sin embargo, nos llevamos una 'sorpresa' -da pena tener que admitir que toda sorpresa con el PP es relativa: no nos sorprende nada de lo que hagan. Sorprendió al principio que no se pidiese a las empresas interesadas un digno precio. ¿Por qué casi regalaban algo que nuestro pueblo necesitaba tanto? Te hace pensar -es sólo una suposición de persona con imaginación- que las empresas sí pagan lo que toca, pero que una parte sustanciosa tiene otro destino.
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Esto era fuerte, pero ahora nos quedamos atónitos cuando comprobamos que un servicio que tenía que aliviar los problemas de nuestros conciudadanos/as los va a empeorar, PUESTO QUE VA A SIGNIFICAR EL AUMENTO DEL RECIBO DEL AGUA! ¡Y en plena crisis!
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