23/6/09

El PP quiere subirnos el recibo del agua

Desde que se conocieron los resultados de las pasadas elecciones locales el PP local (y el autonómico respaldándoles), viéndose sin suficientes votos para formar gobierno y ningún apoyo de los restantes partidos políticos, empezó a idear planes para impedir y después desbaratar el equipo de gobierno presidido por Gaspar Lloret y resultado del mutuo respeto y entendimiento y del acuerdo por sacar nuestro pueblo de la vergonzante deuda en la que nos había metido el falso médico y su equipo del PP, de los que aún quedan demasiados mandando, y él de presidente del PP local.
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Los más complicados mecánismos se tuvieron que activar y lo increible (por haber basado toda su campaña electoral en criticar, echar por tierra y ir en contra de los que ahora son sus socios de gobierno -sí claro estamos refiriéndonos al tránsfuga Melero y su traición a su propio partido y al pacto de gobierno) pasó a ser posible porque eran conscientes -ya habían gobernado antes y sabían el dinero que puede significar una nueva contratación de un suministro como el del agua en una ciudad de la categoría de la Vila- que si el Cuatripartito (nos enorgullece este término pues refleja el acuerdo de los cuatro partidos que lo integraban) firmaba el nuevo contrato, daría un muy buen servicio a los vileros/as y además conseguiría parte de la necesaria financiación para sanear su deuda (la deuda con que ellos -el PP- nos gravaron) y los ciudadanos reconocerían la buena gestión del equipo del alcalde socialista.
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Bueno, se pensó, el PP se va a beneficiar de todo el trabajo hecho por los socialistas -esta gestión nos correspondía a nosotros, José carlos Gil fue testigo y partícipe también- y quedarán como unos reyes, pero nos queda el consuelo que La Vila tendrá un buen servicio y los empresarios podrán empezar a cobrar. Sin embargo, nos llevamos una 'sorpresa' -da pena tener que admitir que toda sorpresa con el PP es relativa: no nos sorprende nada de lo que hagan. Sorprendió al principio que no se pidiese a las empresas interesadas un digno precio. ¿Por qué casi regalaban algo que nuestro pueblo necesitaba tanto? Te hace pensar -es sólo una suposición de persona con imaginación- que las empresas sí pagan lo que toca, pero que una parte sustanciosa tiene otro destino.
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Esto era fuerte, pero ahora nos quedamos atónitos cuando comprobamos que un servicio que tenía que aliviar los problemas de nuestros conciudadanos/as los va a empeorar, PUESTO QUE VA A SIGNIFICAR EL AUMENTO DEL RECIBO DEL AGUA! ¡Y en plena crisis!
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